El florecer de un arbol

                                                             

Alumno: Samuel Sneijder Andrade Dávila 

Grado: 1 Grupo: II


                                                 
                                            El florecer de un árbol



 Era un día más en la vida del alumno Samuel Sneijder, donde todo transcurría con normalidad: prestando atención en clase, participando y entregando trabajos. Sin embargo, cuando empezaba el atardecer, la orientadora Nancy irrumpía en su salón para anunciarles una emocionante noticia en la cual recibirían un pequeño árbol. Al escuchar la noticia, algunos compañeros de Samuel se levantaron de su asiento y salieron del salón para recibir su arbolito, pero solo salieron aquellos que llevaban consigo una bolsa, el cual era un requisito muy indispensable para que se los pudieran entregar.

Por lo cual Samuel, lamentablemente, no pudo salir del salón para obtener su arbolito, y con resignación de que le pudieran entregar su arbolito ya que había  olvidado llevar la bolsa que la orientadora Nancy había solicitado previamente, así que el con una idea en mente le pregunto a una compañera que si le podía regalar una bolsa que le sobraba y ella accedió a dársela por lo tanto el salió del salón feliz porque ahora podía ir a recoger su arbolito después de recogerlo él se dirigió a su salón con ansias de que acabara la clase para poder regresar a casa y plantar su arbolito.

Después de llegar a casa se dirigió a buscar un lugar donde lo pudiera plantar, pero lastimosamente no encontró un lugar donde lo pudiera plantar, así que tuvo que esperar al día siguiente para comprar una maceta donde lo pudiera plantar.

Luego de plantarlo le preguntó a su tía los cuidados que le debería dar, y ella le dio unos consejos cómo por ejemplo: el riego adecuado, la fertilización, etc.

Así que, con dedicación, Samuel comenzó a implementar los consejos de su tía para cuidar su pequeño árbol día tras día.

Consecutivamente Samuel había estado cuidando su árbol con esmero desde el día en que lo plantó. Cada mañana se tomaba un tiempo para regarlo con cariño y observar cómo iba creciendo.

Hasta que repentinamente un día en la tarde el cielo comenzó a oscurecerse de repetente. Las nubes grises se amontonaban, empezaba la lluvia y el viento soplaba con fuerza, agitando las hojas de los árboles cercanos, preocupado Samuel por lo que le pudiera pasar a su arbolito, esperando angustiado hasta que pasara la tormenta.

Después de que finalmente cediera la tormenta. Samuel salió corriendo hacia donde se encontraba su arbolito para comprobar cómo había resistido su querido árbol.

Con alivio, observó que, a pesar de la intensidad de la lluvia y el viento, su árbol se mantenía firme. Las hojas, aunque mojadas y algunas ligeramente desordenadas, aún lucían verdes y llenas de vida.

Al acercarse, notó algo diferente: entre las ramas, había un pequeño brote nuevo, apenas asomando entre las hojas. Una nueva hoja estaba empezando a desplegarse, mostrando su verde intenso.

Samuel sonrió emocionado y asombrado. Aquella tormenta no solo había demostrado la fortaleza de su árbol, sino que también parecía haber desencadenado un nuevo crecimiento. Era como si la adversidad hubiera impulsado al árbol a renovarse y fortalecerse aún más.

Con cuidado, Samuel quitó suavemente algunas hojas sueltas y se dedicó a regar con especial atención su árbol. Porque sabía que necesitaba un cuidado extra después de la tormenta.

Por lo tanto, después Samuel Sneijder, con una determinación renovada tras la experiencia de la tormenta, se sumergió aún más en su compromiso con el cuidado de su árbol día tras día. Cada detalle, consejo que encontraba en su búsqueda en línea y los consejos que le daba su tía se convertían en un capitulo en su rutina diaria.

Por lo cual Samuel aprendió una gran lección de cómo debía de cuidar a su arbolito y empezó a buscar más y más información en internet sobre los árboles de cómo estos nos aportan mucho cómo por ejemplo: la producción de oxígeno, la influencia en la biodiversidad, su papel en la  regulación climática, y la promoción de un aire más limpio por lo tanto estos son solo algunos de los aportes de los árboles para los seres humanos y cualquier vida en el planeta tierra.

Así que es muy crucial que nosotros como personas aprendamos a cuidar a los arboles porque son una base fundamental para nosotros porque por cada árbol que este ya maduro puede producir el oxígeno necesario que utilizaría dos o tres personas durante un año.

Pero también es importante recordar que el oxígeno que respiramos no proviene únicamente de los árboles. Aproximadamente la mitad del oxígeno en la atmósfera proviene del fitoplancton marino y de otras formas de vida acuática.

Por eso mismo es importante cuidar cualquier tipo de vida que exista en el planeta porque cada vida tiene un papel muy importante.

Consecutivamente El árbol plantado por Samuel no solo se convirtió en un símbolo de su compromiso personal, sino que también creo un vínculo profundo con su familia. Cada cuidado que dedicaba al árbol se convertía en un acto compartido. Juntos, regaban sus raíces, cuidaban sus hojas y protegían su entorno.

 

Este pequeño árbol se convirtió en el principal punto de conversaciones en la cena familiar, inspirando a todos a compartir historias sobre la naturaleza y recordando la importancia de cuidar el entorno. La presencia del árbol en el hogar no solo significaba el crecimiento de una planta, sino la unión y el compromiso de todos hacia un bien común: preservar y apreciar la belleza de la naturaleza que los rodeaba.Principio del formulario

 

En conclusión, La historia de Samuel y su árbol trasciende el simple cuidado de la naturaleza. Es una aventura que une cuidado y comprensión de la conexión vital en nuestro mundo. El vínculo entre Samuel, su árbol y su familia ilustra cómo los pequeños actos de cuidado pueden unir a las personas y recordar la importancia de preservar la naturaleza. Este relato refleja cómo un pequeño árbol puede simbolizar mucho más: una lección valiosa sobre el cuidado mutuo y la responsabilidad compartida hacia nuestro entorno, ofreciendo una mirada inspiradora hacia la relación entre los seres humanos y la naturaleza.

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La lección final que Samuel Sneijder aprendió fue más allá del cuidado de un árbol; se extendió a toda forma de vida en el planeta. Reconoció la vital conexión en la naturaleza, comprendiendo la importancia de preservar cada ser, sea grande o pequeño. Cada ser vivo desempeña un papel crucial en el equilibrio del mundo. Esta lección no solo se centró en los árboles, sino en la interconexión de todo. Fue un despertar hacia la responsabilidad compartida que tuvo con su familia de cuidar, proteger y respetar todo lo que vive, recordando que cada ser, independientemente de su tamaño, tiene un impacto muy importante en nuestro entorno.

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